Los alimentos procesados y la salud de los niños
Cada vez es más frecuente encontrar pacientes pediátricos y adolescentes con inflamación de hígado, vesícula o cálculos biliares, resultado del consumo de alimentos procesados, con alto contenido de carbohidratos, grasas, sales e irritantes, advirtió Mario Enrique Tapia, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza de la UNAM.
El consumo de alimentos altos en grasas y azúcares no sólo afecta al aparato digestivo, sino a los demás sistemas del cuerpo humano. “Lo alarmante de estos padecimientos en niños y adolescentes es porque apenas están en etapa de crecimiento y es mayor su riesgo a desarrollar obesidad y diabetes”, subrayó.
AL respecto, Mario Enrique Tapia explicó que al consumir alimentos con alto contenido de carbohidratos y grasas se genera un estrés importante en la función del hígado. La vesícula, prosiguió, se encarga de secretar bilis, un producto que metaboliza el hígado y cuya tarea es disolver las grasas para que sean digeridas más fácilmente por el tubo digestivo.
“Si un infante consume muchas grasas o carbohidratos ejerce mayor estrés para producir más bilis y digerirlas, lo que ocasiona problemas relacionados con la inflamación del hígado o hígado graso, hiperproducción de bilis, inflamación de la vesícula y formación de cálculos biliares; muchos de ellos tienen una estructura química a base de colesterol”, detalló.
El profesor de la FES Zaragoza afirmó que hay un subregistro de estos padecimientos en niños y adolescentes, pero es más común de lo que se cree porque las familias mexicanas han modificado de manera sustancial sus hábitos y hay un fácil acceso a los alimentos procesados.
Aunado a ello, cada vez se realiza menos actividad física y hay una menor posibilidad de metabolizar de manera correcta los nutrimentos. “Esto convierte a los pequeños en sujetos sedentarios y con mayor posibilidad de ser diabéticos e hipertensos”.
Fuente:
http://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2018_469.html